Las teorías literarias en Bolivia
Tercera entrega. Las teorías Postmodernas
Autor: Marco Antonio Loza Sanjinés
Publicado por primera vez en El Juguete Rabioso, 24 de abril de 2005, La Paz Bolivia.
El Paseo
En el paseo que estamos dando por las teorías literarias en Bolivia (en este blog: Primera y Segunda Parte), hemos revisado la obra de autores que al mismo tiempo de “traer” teorías nuevas, de alguna manera hacen un uso crítico y creativo de la teoría que importan. En esta nota analizaremos textos de dos académicas que ni hacen un uso crítico, ni creativo de la teoría, simplemente utilizan teorías que, al ponerse de moda, se transforman en productos de consumo. Veamos.
La “Estética Awqa”
En un libro publicado en 2001 (Dilemas de la Poesía de Fin de Siglo. José Emilio Pacheco y Jaime Saenz), Elizabeth Monasterios, nos propone una idea que quiere pasar por teoría literaria “made in” Bolivia: La “Estética Awqa”. Sostiene que la poética de Jaime Saenz posee tal estética. ¿Y en qué se basa para afirmar que existe una estética Awqa? Pues, todo comienza con la lectura de un epígrafe de Heidegger que encuentra en el libro:” Tres reflexiones sobre el pensamiento andino” de Thèrèse Bouysse-Cassagne, Olivia Harris, Verónica Cereceda y Tristán Platt. Intentemos seguir el hilo de su razonamiento: Jaime Saenz, en su poema La Noche se refiere a un “otro lugar”, es decir, es una búsqueda espacial, por lo tanto, no sería surrealista o neo surrealista como lo califican y clasifican sino que estaría más próximo a la lógica cultural andina y a la fenomenología heideggeriana (lo que equivale a decir, de paso, que la lógica andina se aproxima a la fenomenología inventada por Heidegger). Dice: “Pese a la tendencia a ignorar en el trabajo de este poeta rasgos culturales andinos, considero que estos no sólo están presentes en su obra, sino que además repercuten en todos los órdenes de su discurso.” Para confirmar su “consideración” ve por el camino del “replanteamiento de las interpretaciones”. Así, si Thèrèse Bouysse-Cassagne y Olivia Harris en su ensayo: “Pacha: en torno al pensamiento aimara”(incluido en: “Tres reflexiones…”), sostienen que la lógica espacial andina se mueve entre la tendencia a unir contrarios (Taypi), a separarlos (Puruma), a mantener a los contrarios irreconciliables (Awqa o Pacha Kuti) y que todo al final tiende al equilibrio ya que el Tinku, ritual milenario, se ocuparía de la conciliación y superación de las diferencias; para Monasterios, la idea de la tendencia al equilibrio y la búsqueda del justo medio es un rasgo de la metafísica occidental, por eso estas antropólogas se equivocan al no dar su auténtico valor a lo Awqa, en cambio, Jaime Saenz “sí despliega un pensar post-metafísico […] recupera los vértices más sutiles y por eso mismo menos indagados de este pensamiento: su carácter agonístico, magistralmente expresado en el principio de la irreconciabilidad de contrarios.” Sería Verónica Cereceda con su ensayo: “Aproximaciones a una estética andina: de la belleza al Tinku” (que también se halla en: “Tres reflexiones…”) quien daría la clave para entender el concepto de belleza en el pensamiento andino, ciertas formas de belleza serían el producto de contactos del ser humano con lo desconocido y lo sobrenatural y en eso consistiría lo Awqa: “la dimensión donde las cosas no pueden estar juntas”. Lo que no queda claro es qué razonamiento, si todavía esto es válido para un pensamiento que se quiere post-metafísico, realiza para engarzar lo Awqa con la poética de Saenz, ya que todo se debe a un “convencimiento”, a “consideraciones” o a un “replanteamiento de las interpretaciones” por parte de Monasterios. Le falta a Monasterios reconocer la gran influencia que ejerce en su análisis de la poética de Saenz, el ensayo, que no cita, de Luis H. Antezana: “La Poética del Saco de Aparapita”, donde se presenta a la poética de Saenz como post-metafísica, mística y muy cercana a lo andino.
Las teorías "Post"
Ana Rebeca Prada es más clara en sus planteamientos aunque no menos “teórica”; en el Capítulo II de su libro: “Viaje y Narración: Las Novelas de Jesús Urzagasti” comienza diciéndonos: “Aquí se elabora principalmente sobre los estudios culturales comprados y la teoría postcolonial…” Prada es la que más sinceramente cree hacer teoría literaria, para ella esto consiste en una revisión de autores que pueden servir, de algún modo, a la lectura de un texto cualquiera, por ejemplo, la obra de Jesús Urzagasti, “voluntad de hacer ‘dialogar’ las teorías con el texto literario”, dice. Como la obra del escritor chaqueño se funda en el viaje y la migración como contenido central entonces resulta pertinente indagar sobre la obra de teóricos que como Clifford, han escrito sobre el “viaje” y, además, como ya lo descubrió Luis H. Antezana, también la noción de “nomadismo” encaja perfectamente con “Tirinea”, la novela de Urzagasti. Prada se da entonces a la tarea de investigar en los textos del historiador norteamericano postmoderno James Clifford y de los postmodernos franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari y he ahí que ella puede “tender puentes” entre estas dos maneras diferentes de leer el “viaje”, tal revoltijo la lleva a vérselas con expresiones que gustan mucho a los postmodernos: “residencia-en-viaje”, “viaje-en-residencia”, “migración nomádica””, . Y es que todo se encuentra sumido en una “confusión postcolonial”, entendiendo lo “postcolonial” “como una postura intelectual que mantiene la mirada atenta, precisamente, a esa dinámica colonial/postcolonial no necesariamente resuelta”. Precisamente, “viaje” tiene relación con los “diferentes modos de residencia y desplazamientos, trayectorias e identidades, narración de historias y teorización, en un mundo postcolonial de contactos globales” (Clifford, traducido y citado por la autora). Y, a todo esto ¿la Literatura?, pues nada, la suya es una revisión teórica que se “complementa” con el análisis de las principales novelas de Urzagasti: “Tirinea” y “En el País del Silencio”, ya que –Prada lo escribe al final–: “estas teorías no tienen que ver directamente con lo literario, [pero] se constituyen en perspectivas muy útiles a la hora de cotejarlas con las formas en que la literatura promueve, desde su lógica y especificidad, una propia ‘teoría’ de la cultura…” (Conclusiones página 417). Quizá si Prada hubiera puesto todo el esfuerzo que utilizó en la revisión de textos teóricos en aclarar(se)(nos) en qué consiste la lógica y la especificidad de lo literario en la obra de Jesús Urzagasti, ahora estaríamos reseñando una verdadera teoría literaria boliviana. Pero no. Aunque no “aplica” las teorías que estudia y resume a la obra literaria y simplemente rodea al texto, el producto es una lectura que no lleva a ninguna parte.
Conclusión
Ana Rebeca Prada y Elizabeth Monasterios, quieren hacer teoría (que no teoría literaria) utilizando como pretexto la obra literaria, a partir de retazos extraídos de aquí o de allá, actividad que se ha venido a denominar: post-modernismo, post-colonialismo, post-metafísica, etcétera, y que al final quizá sólo sea el producto de una post-intelligentia. Un buen traje no se hace de remiendos… y dejemos ya que el celebérrimo saco de aparapita de Saenz descanse en paz.
Nota Bibliográfica:
Monasterios, Elizabeth. Dilemas de la Poesía de Fin de Siglo. José Emilio Pacheco y Jaime Saenz. (La Paz: Plural Editores, 2001)
Prada, Ana Rebeca. Viaje y Narración: Las novela de Jesús Urzagasti. (La Paz: Sierpe Publicaciones, 2003)
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