lunes, 30 de abril de 2012

Las Teorías Literarias en Bolivia IV

 


















Las Teorías Literarias en Bolivia IV

(Los Heterodoxos)


Autor: Marco Antonio Loza Sanjinés

Introducción

A las teorías predominantes en la academia (Semiología, Estudios Culturales) se deben añadir visiones, que estando al margen, van adquiriendo mayor influencia. Son tendencias, para mayor explicación, que se van imponiendo como formas de lectura. Se trata de posiciones que podríamos denominar heterodoxas, comandada por un libro de Marcelo Villena, profesor de la Carrera de Literatura de la UMSA y de una visión psicoanalítica de orientación lacaniana.

Las Tentaciones de San Ricardo

En su libro: “Las Tentaciones de San Ricardo. Siete ensayos para la interpretación de la narrativa boliviana del siglo XX”, Marcelo Villena comienza dibujando un marco de lectura con los autores canónicos del Olimpo Francés (es decir, ni más ni menos que los mismos autores tantas veces mentados por Renato Prada y Luis H. Antezana, cf. Las Teorías Literarias en Bolivia, Primera Parte): Roland Barthes, Julia Kristeva, Michel Foucault, Greimas, etc., pero de una manera completamente distinta… bueno, no tanto, digamos más bien creativa, él mismo sostiene que lo suyo no es una búsqueda teórica, sino una experiencia de lectura, “incluso en lo conceptual”. De la mano de Roland Barthes, Villena comienza señalando que la Literatura, considerada como poiesis (creación) es, ante todo, un acto, más propiamente un “gesto”, un “hacer”; así la pregunta tradicional y canónica de la poética: “¿Cómo está hecho esto?, se desplaza “hacia una interrogación más radical: ´¿qué es lo que esto hace?, ¿cómo?´”. Villena se aleja del punto de vista que considera la obra literaria como un documento en el que alguien (el escritor) habría ocultado o cifrado “su” tiempo, “su” espacio, etc. y que otro alguien (el lector)debería descifrar, interpretar; en cambio, la noción de escritura, que Villena toma de Barthes es la del punto de cruce entre la lengua (espacio de la ley, de la prescripción, de la historia, si se quiere) y el estilo como “ese ´frescor´ que pasa por encima de la historia”. Villena nos presenta una mirada precisamente “fresca” de los semiólogos franceses, una que disfruta de la lectura y ésa es ya una gran novedad y una verdadera ruptura con el lenguaje académico. Para Villena “la noción de escritura lanza más bien el reto de imaginar una historia de la literatura sin teleologías […] sin la presunción de una conciencia” y se pregunta: “¿el creador boliviano, la bolivianidad en lo literario?”. Por eso renuncia conscientemente a elaborar una teoría literaria boliviana ya que ésa sería una búsqueda de la “bolivianidad” en lo literario, es decir,, ir tras “el fantasma del sujeto concebido como identidad”, lo que se debe buscar más bien, en una historia de la Literatura, es “la forma de un devenir específico, descentrado, heterogéneo, activado por un conflicto que constantemente se reactiva en torno a determinadas tensiones y encrucijadas: las de la relación con el sentido en el contexto de la Literatura Boliviana”. Con esta mirada, Villena va a la propia obra, en la misma dirección que tomara Walter Benjamín cuando sostenía que quería llevar a cabo la idea de iluminar una obra absolutamente a partir de ella misma. Si las lecturas de Luis H. Antezana y Renato Prada se fundaban principalmente en la noción de texto, en Villena hay una voluntad filológica (muy parecida al “primer” Cachín, ése de Álgebra y Fuego, libro que se publicó en 1978, en Bélgica y que recién nos llegó en 2000) que le obliga a indagar no en las estructuras narrativas, sino cómo la escritura hace de la lengua un trabajo (Julia Kristeva); del mismo modo, siguiendo al Roland Barthes de S/Z, leer es, también, “un trabajo de lenguaje” que podríamos decir, parafraseando al Lacan del “acto analítico”, desemboca en un “acto de lectura” que es a donde Villena quiere llevarnos: al gesto de la lectura. Y, finalmente, a intentar pensar lo obvio: que nuestra literatura tiene cierto valor estético y hay que leerla como si de arte se tratara.

La lectura Psicoanálitica

La otra forma de lectura que va ganando más adeptos en la academia es la que tiene su origen en una visión psicoanalítica de orientación lacaniana. Todavía es una tendencia poco clara y por lo menos posee dos maneras de entenderla: una, por ahora, digamos dogmática y otra que sitúa al Psicoanálisis dentro de un cuadro epistemológico-filosófico; ambas tiene su origen en la lectura de Jacques Lacan, recordemos que este psicoanalista francés produjo el “giro lingüístico” en la lectura de Freud, partiendo de un razonamiento estrictamente lógico: si el Psicoanálisis postula un inconsciente y el inconsciente habla, a través del malentendido, del chiste, de los sueños, de los actos fallidos, entonces el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Ahora bien, cada uno de esos discursos: el malentendido, el chiste, etc., no están sistemáticamente estructurados y se asemejan en su ficción y aparente desorden a un texto poético. La versión dogmática de este tipo de lectura a veces (con)funde conceptos lacanianos con conceptos literarios por ejemplo, Rodolfo Ortíz al comentar la obra crítica de Oscar Rivera Rodas (“Poesía y lenguaje: el Psicologismo en la Crítica de Oscar rivera Rodas”, en AA.VV. “Rastros de la Crítica Literaria Boliviana”) sostiene, hablando de lo poético, que lo escrito no es para ser comprendido, “[…] ya que –cita a Lacan– si bien es en la cadena significante donde el sentido insiste, ninguno de los elementos de la cadena consiste en la significación de la que es capaz en el momento mismo”. La otra versión sitúa los aportes teóricos de Lacan en un orden epistemológico-filosófico, así por ejemplo, la mirada crítica que sostiene el Dr. En Lingüística y profesor de la Carrera de Literatura de la UMSA, Walter Navia (aunque su preocupación principal es la coincidencia entre Literatura y Filosofía) proponiendo entenderlo como un modelo de comunicación “sui generis”, porque no es ni unidireccional, ni tampoco bidireccional, “sino que es necesaria y simultáneamente bidireccional y retroactiva”.

Conclusión de conclusiones

Al concluir este recorrido por las Teorías Literarias en Bolivia nos encontramos con un panorama en el que se repiten insistentemente el estudio de ciertos teóricos de moda sin avanzar hacia una mirada más amplia (basta leer las tesis de licenciatura presentadas en la academia para confirmar esto), sin resolver el problema de si una determinada teoría literaria, desarrollada en un contexto diferente, ayudará a iluminar la Literatura Boliviana.

Nota Bibliográfica


Villena, Marcelo. Las Tentaciones de San Ricardo. Siete Ensayos para la Interpretación de la Narrativa Boliviana del Siglo XX. (La Paz: Instituto de Estudios Bolivianos, 2003).

Mariaca, Guillermo (et. Al.). Rastros de la Crítica Literaria Boliviana. (LA Paz: Carrera de Literatura, UMSA, 1997).

Navia, Walter. El Modelo de Comunicación de Lacan. Texto inédito, s/f.

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