miércoles, 28 de septiembre de 2011

Lacan desde Los Andes




Lacan y los treinta años de su muerte

 

Autor: Marco Antonio Loza Sanjinés



El nueve de septiembre de 1981 moría en París Jacques-Marie Émile Lacan y a treinta años de su muerte, entre la producción intelectual mundial, es cada vez mayor su influencia, tal como sucedió en su día y todavía hoy con Michel Foucault. En Latinoamérica todavía la mención de su nombre no es muy importante, hay dos países que reúnen trabajos que lo citan frecuentemente, Brasil y Argentina, es en éste último donde la moda Lacan adquiere actualmente la gravedad de una epidemia. 

En Bolivia, sus obras, escasamente leídas, se han colado de a poco en la universidad, en medio de las carreras de Psicología y por medio de la teoría literaria, en este campo está, por ejemplo, Luis H. Antezana que lo cita en su Teorías de la Lectura (1983); en el campo de la sociología encontramos lecturas de Raúl Prada en su Subversión de la Praxis (1983) o el texto Ideología de Orlando Parada Vaca editado en Santa Cruz en 1993. Por ejemplo Antezana lo cita debido a su trabajo sobre un texto literario: “La Carta Robada” de Poe, dice Antezana que Lacan, en su análisis, muestra magistralmente la noción de escritura que le ayuda a él en su propio trabajo sobre el Texto, aclara:

“Ciertamente, Lacan utiliza su análisis para caracterizar el inconsciente freudiano; eso no nos ocupará aquí. Se trata simplemente de destacar cómo un factor, marcadamente escritural –carta = letra–, e insignificante desde el punto de vista de una lectura de contenidos, es determinante en una organización textual.”(1)

Prada hace un uso –para decirlo elegantemente– “creativo”, de algunos textos de Lacan, extrapola ideas y razonamientos que Lacan construyó para la clínica y los ubica para sostener lecturas sociológicas y epistemológicas. Orlando Parada cita a Lacan cuando introduce el origen y el concepto de ideología, en el apartado: “«Consciencia» de los factores inconscientes”, dice: “De enorme valía en este intento será el psicoanálisis, mostrando el modo por el cual el individuo, a través del lenguaje, hace suyas las introyecciones y proyecciones colectivas (sic), identificándose con los mensajes ideológicos.”(2)

Su Obra

¿Quién fue Lacan? La historia de su vida es muy clara (por lo menos en lo que nos interesa; para los que gustan detalles más "detallistas" se puede consultar el libro de E. Roudinesco: Lacan), fue un Psiquiatra francés, digno representante de la escuela francesa de psiquiatría, en 1932, a sus treinta y un años, escribe su tesis doctoral en medicina: La Psicosis Paranoica y sus Relaciones con la Personalidad, luego pasa a formar parte de la Sociedad Internacional de Psicoanálisis fundada por Freud. En el Congreso de Marienbad, en 1936, presenta un trabajo, que él mismo sostiene como el primer acercamiento serio a la teoría psicoanalítica, habla allí sobre el Estadio del Espejo, que desarrollará después más largamente en 1949. 

Pero es en 1953 donde comienza su gran producción intelectual en el campo del Psicoanálisis, que no acabará sino con su muerte, en ese año, presenta el texto conocido como el Informe de Roma, titulado: Función y Campo de la Palabra y el Lenguaje en Psicoanálisis. Lacan propone un retorno a Freud, propone volver a leerlo exhaustivamente, rigurosamente, creativamente, enriquecerlo con los aportes contemporáneos del pensamiento filosófico, lingüístico, etnológico y el razonamiento matemático. Se propone actualizar a Freud. Comienza por el establecimiento de un lugar epistemológico (esta es la intuición genial de Jacques-Alain Miller para ordenar el pensamiento de Lacan): ¿Qué condiciones hacen posible el Psicoanálisis? 

Su respuesta es, que si el Psicoanálisis postula un inconsciente que habla, a través del malentendido, del chiste, de los sueños, de los actos fallidos (las formaciones del inconsciente), entonces, “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”. Notamos ya aquí uno de los síntomas que lo hicieron tan famoso y seductor: sus frases tan lógicas como complejas. Después vendrán sus escritos, desparramados aquí y allá y reunidos bajo el título Écrits traducidos al español en 1971, al mismo tiempo, desarrollará su Seminario, reuniones mensuales donde expondrá sus investigaciones y lecturas de Freud durante casi treinta años, estas exposiciones se publican actualmente en textos ordenados por años y que se conocen como El Seminario (3).

Pero, volvamos a las razones de la moda Lacan, una es el estilo de sus escritos, él mismo tomaba como divisa la frase de Buffon: “El estilo es el hombre mismo”, aquí proponemos unos cuantos ejemplos que permiten mirar la dificultad que encierra su lectura: "El significante es lo que representa el sujeto respecto de otro significante", “Dios es inconsciente” (no el inconsciente) que es su forma de presentar su ateísmo, “Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha”, que subvierte la direccionalidad de la comunicación. Otras razones que suscitan el interés en la lectura de Lacan es la formalización que realiza del campo que fundó Freud y sus aportes a la clínica.

El Sujeto y su Deseo

Freud pensó que el inconsciente era accesible por medio de la interpretación, mediante su descifre, así trató de entender lo simbólico de los sueños o de lo que sus pacientes decían entre líneas y observó que al hacer esto, en el paciente, surgía un amor hacia el intérprete, el amor de transferencia, dado mediante un dispositivo denominado analítico, compuesto por la asociación libre y la interpretación, que Lacan considera el descubrimiento freudiano más importante aún que el descubrimiento del inconsciente, porque en él se funda un nuevo lazo social. Siguiendo esta vena, Lacan profundiza en algo que hasta Freud había quedado escondido en la investigación científica: el amor. Lacan sostiene que en el Psicoanálisis “El problema del amor nos interesa en la medida en que nos permitirá comprender qué ocurre en la transferencia” (El Seminario VIII), al dilucidar sobre este “problema” construye una frase que ha dado la vuelta al mundo de diversas maneras y ha sido apropiado por decenas de escritores, filósofos o críticos literarios: “El amor es dar lo que no se tiene” (Seminario VIII) resultado de una lectura magistral del Banquete de Platón y anunciado ya en El Seminario IV, cuando dice:  

“Lo que interviene en la relación de amor, lo que se pide como signo de amor, es siempre algo que sólo vale como signo y como ninguna otra cosa. O, por ir todavía más lejos, no hay mayor don posible, mayor signo de amor, que el don de lo que no se tiene”. 

(Expresión que Cristina Peri Rossi utiliza al final de su novela: La Nave de los Locos).

En Freud está presente también el problema de la culpa, asociado a la tensión entre el Superyó y el Yo, que se origina en el denominado Complejo de Edipo, en la que el sujeto se aparta de la madre y se identifica con el padre y que se relaciona con la pérdida del objeto de amor que es la madre, pero es Lacan quien le da un mayor alcance al proponer “que de la única cosa de la que se puede ser culpable, al menos en la perspectiva analítica, es de haber cedido en su deseo”, para Lacan “El deseo se esboza en el margen donde la demanda se desgarra de la necesidad” (Escritos 2), “el deseo es el deseo del otro” pero un “otro” no como semejante sino como el lugar de la ley.

“Y a esto es a lo que responde nuestra fórmula de que el inconsciente es el discurso del Otro, en la que hay que entender el “de” en el sentido del de latino (determinación objetiva)”… “Pero también añadiendo que el deseo del hombre es el deseo del Otro, donde el “de” da la determinación llamada por los gramáticos subjetiva, a saber la de que es en cuanto Otro como desea (lo cual da el verdadero alcance de la pasión humana).” (Escritos 2).

Citas, que dicho sea de paso, contradicen todo afán humanitario de liberación del ser humano y aún más todo tipo de intento de llevar a la sociología el discurso lacaniano, pues para él el sujeto es siempre singular y su ética es la del bien decir de un sujeto en el dispositivo analítico, ya que el deseo no tiene objeto, no sabe lo que desea. (Por eso es ininteligible una posición, como la que sostiene actualmente el filósofo Zizek, que diciéndose lacaniano apunta a un colectivismo de tipo comunitario, extrapolando, conceptos desarrollados por Lacan, al ámbito sociológico sin ningún rigor teórico).

La Clínica

Lacan fundó su investigación y su enseñanza en la clínica y para la clínica (Jacques Alain Miller, uno de los mayores exégetas de Lacan nos cuenta, en su Elucidación de Lacan, que en la cúspide de su carrera atendía a sus pacientes desde las 6:30 de la mañana hasta las 8:30 de la noche con apenas un lapso corto para almorzar) y es precisamente en este campo donde se afinca su mayor contribución, formalizando las estructuras clínicas elaboradas por Freud y también aportando con sus propios hallazgos: el objeto "a" o el plus de goce, los cuatro discursos o los cuatro lazos sociales que se distribuyen entre el saber y la verdad, el nudo borromeo del que nace una clínica denominada borromea, porque anuda topológicamente los tres registros de la estructura del sujeto: lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario, es decir lo que hay, lo que puede decirse y lo semejante, su no hay relación sexual porque no hay proporción sexual, esta mirada a expresiones extraídas del contexto de una investigación de casi tres décadas, simplemente tienen el objetivo, voyeur, de la curiosidad.

Michel Foucault, hablando de la influencia de Lacan, sostiene que mostró que no es suficiente decir que el sujeto es radicalmente libre o que está por el contrario determinado por las condiciones sociales, sino que hay una verdad en el sujeto que está relacionada con su deseo y con su goce, que hay algo detrás del simple pronombre “yo” y que liberar eso que se esconde detrás del sujeto es una labor tan complicada como lo es su objeto.

Bibliografía

• Anteza, Luis H. Teorías de la Lectura. (La Paz: Editorial altiplano, 1983)
• Lacan, Jacques. Escritos. Dos tomos. (México, Siglo XXI Editores, 1998)
El Seminario. Libro 4. (Buenos Aires, Editorial Paidós, 1994)
El Seminario. Libro 8. (Buenos Aires, Editorial Paidós, 2003)
• Miller, Jacques-Alain. Elucidación de Lacan. (Buenos Aires, EOL Paidós, 1998)
• Jean-Claude Milner. L' OEuvre claire. Lacan, la science, la philosophie. (París: Éditions du Seuil, 1995).
• Parada, Vaca Orlando. Ideología. Apuntes para su estudio e investigación. (Santa Cruz, Pakú Editores, 1993)
• Prada, Alcoreza Raúl. La Subversión de la Praxis. (La Paz, Episteme, Año 3 Nº 3, 1989)

Notas1. Anteza, Luis H. Teorías de la Lectura. (La Paz: Editorial altiplano, 1983) Pág. 82

2. Parada, Vaca Orlando. Ideología. Apuntes para su estudio e investigación. (Santa Cruz, Pakú Editores, 1993) Pág. 84.

3. De acuerdo a Jean-Claude Milner (L' OEuvre Claire. Lacan, la science, la philosophie, 1995), la obra de Lacan se bifurca en dos caminos: los Scripta, lo escrito y el Seminario, lo hablado. En Lacan, a la inversa que en Aristóteles, lo esotérico está en lo escrito, en los Scripta, dirigido a los que están "dentro"; lo exotérico en lo hablado, en el Seminario, que se dirige a los que están "fuera". Milner saca dos conclusiones lógicas de esta caracterización de la producción lacaniana: que no hay nada demás en los Seminarios que en los Scripta y que, por tanto, toda la obra de Lacan se encuentra en sus Escritos.

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