RENÉ ZAVALETA MERCADO. A PROPÓSITO DE LA EDICIÓN DEL SEGUNDO
TOMO DE SU: "OBRA COMPLETA"
Autor: Marco Antonio Loza Sanjinés
Nota biográfica:
René Zavaleta Mercado fue uno de los intelectuales más importantes de Bolivia, su obra es una de las más interesantes contribuciones al conocimiento de Latinoamérica desde Bolivia. Nació en Oruro, Bolivia en 1937, su trabajo académico se desarrolló en las Ciencias Sociales, en universidades como Oxford o la Universidad Nacional Autónoma de México o en París-Vincennes en Francia, fue director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales con sede en México. Zavaleta murió en México en 1984.
Introducción
“Es una explosión de masas allegadizas, épicas y desdichadas. Las impolutas “hordas de los que no se lavan” entran en la historia cantando Siempre. Han abierto las puertas de su propia vida con un puntapié y tienen apuro por abarcar la ciudad que siempre ha sido ajena, ciudad complicada que ahora también está ocupada por las armas de la fraternidad. Pero es ya bastante significativo que sus calles no sean tan anchas como las multitudes que las fuerzan” (1)
Esta es la frase que retrata mejor la escritura de René Zavaleta Mercado. En él se encuentra, como en un texto poético, la imagen del instante —Bachelard dixit (2)—, el gusto por el lenguaje, donde la escogencia de la palabra justa adquiere todo su poder. Pero ya sabemos que la poesía desconfía de los discursos y el de Zavaleta es un discurso, es un lazo, que pertenece al campo disciplinario de la Sociología. Y, sin embargo, Durkheim (uno de los “nombres del padre” de la sociología), escribía “un buen francés” y en uno de sus textos más técnicos, su tratado sobre el suicidio, tomaba ejemplos extraídos de la literatura, los suicidios de: Fausto, Werther, Don Juan, Lamartine o René de Chateaubriand. Hay pues, en el nacimiento de la sociología, una relación estrecha con la literatura, Durkheim creía que se podía rastrear en la Literatura el origen de la sociología en contraposición de su competidor Gabriel Tarde quien opinaba más bien, que era en la Psicología donde se encontraba su origen. (Cf. Literatura: ¿Ideología o ciencia? Una mirada desde Wolf Lepenies, en este mismo Blog).
Este pequeño rodeo, dado por la relación de la Sociología con la Literatura, se hace necesario para considerar el estilo de Zavaleta —desde nuestro punto de vista— tan importante como la teoría que desarrolla, es significativo que uno de los mejores lectores de Zavaleta sea un crítico literario: Luis H. Antezana, quien definió las líneas centrales del análisis de una parte de su obra, por ejemplo, la dirección de Zavaleta hacia la construcción de una “Teoría Local”, con todas las contradicciones que Antezana admite: “Si, esto de “teoría local”, no me cuesta admitirlo, es, en principio, un contrasentido. En el terreno de la ciencia, la “teoría” implica lo universal, lo general, mientras que lo “local” supone lo concreto”. (Luis H. Antezana. La Diversidad Social en Zavaleta Mercado. Pág. 8). Esta “intuición” de Antezana es, en realidad, el movimiento de descifre de los contenidos de verdad de la obra de Zavaleta, pues se encuentra en relación directa con una frase de Zavaleta que Antezana encuentra en su lectura (3): “Se sabe que la anécdota es la elocuencia de los hechos, pero también su encierro”, la teoría debería, entonces, romper ése encierro y lo “local” mantener la “elocuencia de los hechos”.
El “otro” Zavaleta
Si se lee con una atención “otra” los libro de Zavaleta, se encuentran resaltadas las magníficas frases que inscribió en la historia de las ciencias sociales en Bolivia: “formación social abigarrada”; “momento constitutivo”; “horizonte de visibilidad del mundo”; “forma multitud”; “paradoja señorial”; la lista podría continuar como cuando enumeramos las combinaciones felices de una obra poética pero, como escribíamos al comienzo, lo de Zavaleta pertenece al orden del discurso sociológico a esas “densidades conceptuales” (L. H. Antezana, Ob. Cit.) y entonces, cada uno de estos sintagmas dan origen, escriben, por ejemplo, un tipo de objeto de conocimiento, así, una “formación social abigarrada” es una sociedad como la boliviana donde concurren diferentes épocas económicas sin mezclarse demasiado, “como si el feudalismo perteneciera a una cultura y el capitalismo a otra y ocurrieran sin embargo en el mismo escenario como combinados sino en poco.” (Las Masas en Noviembre, en: Obra Completa. Tomo II, Pág. 105). Otro ejemplo, el de “momento constitutivo”, en el que las “cosas comienzan a ser lo que son (…) el momento constitutivo ancestral o arcano o sea su causa remota, lo que Marc Bloch llamó “la imagen de los orígenes”” (El estado en América Latina, pág. 622). La “paradoja señorial” es un concepto que sostiene que “La clase o casta secular boliviana resulta incapaz de reunir en su seno ninguna de las condiciones subjetivas ni materiales para autotransformarse en una burguesía moderna (…). La paradoja consiste en que es a la vez capaz de una insólita capacidad de ratificación qua clase dominante a través de las diversas fases estatales, de cambios sociales inmensos e incluso de varios modos de producción”. (Lo Nacional-Popular en Bolivia, en Obra Completa, Tomo II, pág. 153).
Ahora bien, por supuesto, la obra de Zavaleta no se reduce a una colección de frases bien hilvanadas y cuasi poéticas, pero se sabe también, que un buen lector debe ser fiel a su deseo. Además, la obra de Zavaleta se cierra a ser completamente inteligible, dejando ése espacio que Derrida califica como el gusto por el secreto, ese lugar hospitalario del deseo del otro; por otra parte, se cierra, porque su escritura se imprime —ya lo habíamos dicho— con un tono poético, disfrutemos, como ejemplo, de este fragmento de Lo Nacional-Popular en Bolivia:
“En el desconcierto absoluto o malestar que produce la multiplicación de los objetos del mundo, los hombres están solos en medio de las cosas que se amplían sin cesar. ¿No es verdad acaso que esto es ya la soledad de la época, la falacia general de su identidad y, en fin, lo que podemos llamar la segunda pérdida del yo?” (4)
En la que se puede apreciar que la dificultad de lectura de Zavaleta es —como sostiene Antezana— la necesidad de “pensar rigurosa y novedosamente”, pero también, —decimos nosotros— como en la filosofía, hay en el lenguaje de Zavaleta, “una prosa literaria oculta, una ambigüedad en los términos” (Sartre, Situations IX)
La nueva edición
Plural Editores de La Paz, Bolivia, ha comenzado la interesante tarea de reeditar las obras de René Zavaleta, reuniéndolas en una Obra Completa planificada en tres tomos, de los que, hasta ahora, se han publicado dos.
Luis H. Antezana en su libro: La Diversidad Social en Zavaleta Mercado que es, de lejos, la mejor introducción al pensamiento del último Zavaleta, ha ordenado la obra de éste en tres períodos (5):
El primero, se inscribe con su libro: Bolivia: El Desarrollo de la Conciencia Nacional (1967), con una visión de un “nacionalismo de izquierda”.
El segundo período, está marcado por la publicación de El Poder Dual (1974), donde practica un “marxismo ortodoxo”.
El tercer período, es el del último Zavaleta y puede cifrarse por la publicación: Las Masas en Noviembre (1983) y el libro póstumo: Lo Nacional-Popular en Bolivia (1986). Este es, ciertamente, el período más creativo de Zavaleta, el más ambicioso, en el que su marxismo es ya “notablemente crítico”.
La Obra Completa, publicada por Plural Editores, respeta esta periodización, en el primer tomo se encuentran sus escritos desde 1957 hasta 1974; en el segundo tomo se encuentran principalmente sus libros: Las Masas en Noviembre y Lo Nacional-Popular en Bolivia; en el tercer tomo se publicarán sus entrevistas, clases y conferencias.
Lo Nacional-Popular en Bolivia
Seguramente el texto más logrado del último Zavaleta, aunque inconcluso, es el que se encuentra en el segundo tomo: la tercera edición de Lo Nacional-Popular en Bolivia. La primera edición fue realizada en México por Siglo XXI Editores (6) al cuidado de Marti Soler (quien escogió el título), muchos años después, en 2010, fue publicada una segunda edición por Plural Editores.
Este texto es —en densidad conceptual— el más importante de Zavaleta, se encuentra en él un pensamiento maduro que es el resultado de una larga trayectoria intelectual. Su muerte dejó inacabada esta obra que debía titularse: Elementos para una historia de lo nacional-popular en Bolivia: 1879-1980. (Cf. La nota del editor Mauricio Sousa que antecede al texto en Obra Completa, T. II, pág. 146)
La primera edición de este texto —la de Siglo XXI Editores, 1986—, tuvo el efecto de acercar tempranamente al último Zavaleta a un público más amplio, en un momento de grandes cambios en Bolivia y en Latinoamérica. (Siglo XXI ya había publicado de él su libro: El Poder Dual en 1974).
Sin embargo, esa primera edición carecía de muchas de las notas, de las citas y de aclaraciones bibliográficas que Zavaleta no tuvo tiempo de incluir, la tercera edición de Plural Editores resuelve esta dificultad que en cierta medida impedía su lectura. Veamos algunos ejemplos para apreciar esa labor “detectivesca” del editor:
En la bibliografía de Siglo XXI, Luis H. Antezana aparecía como el autor de tres libros que en realidad pertenecían a Luis Antezana Ergueta. En la página 128 de la edición de Siglo XXI aparece la cita de un tal Thompson seguido del año 1979, en la edición de Plural Editores se aclara a pie de página que se trata de E. P. Thompson con su libro: Tradición, revuelta y conciencia de clase: Estudio sobre la crisis de la sociedad preindustrial. En la página 160 de la edición de Siglo XXI aparece una cita de Marx, con un énfasis que parece del propio texto cuando en realidad se trataba de un acento de Zavaleta.
La actualidad de Zavaleta
Como nos informa Horst Grebe López, en el prólogo a la tercera edición del libro de Zavaleta: El Poder Dual (7), René Zavaleta Leyó a Marx en el original e impartió cursos y seminarios académicos sobre “El Capital”, los “Grundrisse” así como sobre la obra de Lenin. Su actualidad está allí, en el método de lectura que él mismo explicita en la primera parte de El Poder Dual, dice allí: “(…) se necesita descifrar algunos textos, hacer exégesis, seguirlos con humildad en unos casos o ampliarlos al máximo, discriminar por cuenta propia las consecuencias, porque ellas se referirán ya a la práctica, es decir, a la realidad concreta, al sitio en el que uno no puede equivocarse sin pagar un elevado precio.” (8)
Es decir su actualidad se encuentra en él mismo, en lo impensado de su pensamiento, no tanto en el esquema positivista de: validación y contrastación, como sostiene Luis Tapia en su tesis sobre Zavaleta (9).
Emmanuel Levinas, hablando sobre la manera que tenía Heidegger de dialogar con los filósofos del principio, sostiene que: “Por supuesto que el filósofo del pasado no se entrega a la primera de cambio al diálogo; hay todo un trabajo de interpretación que llevar a cabo para volverlo actual. Pero en esa hermenéutica no se manipulan vejestorios; se vuelve a traer lo impensado al pensamiento y al decir.” (10)
Bibliografía y notas:
(1) René Zavaleta Mercado. Bolivia: El Desarrollo de la Conciencia Nacional. (Montevideo: Diálogo Editores, 1967). Pág. 131.
(2) “Así, en todo poema verdadero se pueden encontrar los elementos de un tiempo detenido, de un tiempo que no sigue el compás, de un tiempo al que llamaremos vertical para distinguirlo de un tiempo común que corre horizontalmente con el agua del río y con el viento que pasa”. Gastón Bachelard. La Intuición del Instante. (México: Fondo de Cultura Económica. 1999). Pág. 94
(3) Citado en: Luis H. Antezana. La Diversidad Social en Zavaleta Mercado. (La Paz: Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios, 1991).
(4) René Zavaleta Mercado. Lo Nacional-Popular en Bolivia. En: Obra Completa. Tomo II, (La Paz: Plural Editores, 2013). Pág. 221.
(5) Luis H. Antezana. Ob. Cit. Pág. 9.
(6) René Zavaleta Mercado. Lo Nacional-Popular en Bolivia. (México: Siglo XXI editores, 1986).
(7) René Zavaleta. El Poder Dual. Tercera edición. (Bolivia: Los Amigos del Libro, 1987).
(8) Ibídem. Pág. 34.
(9) Luis Tapia. La Producción del Conocimiento Local. (La Paz: Muela del Diablo Editores, 2002).
(10) Emmanuel Levinas. Ética e Infinito. (Madrid: Visor, 1991), pág. 41.
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