Actualidad de la Sociología en Bolivia. A propósito del libro de H.C.F. Mansilla: “Una mirada crítica sobre la obra de René Zavaleta Mercado”
Autor: Marco antonio Loza Sanjinés
Harold Bloom y su canon
Dice
Bruno Snell —citado por Harold Bloom— que la crítica literaria es un arte
antiguo inventado por Aristófanes, que no era para aclararlo por si quedan
dudas, alguien que habría realizado “Estudios Culturales”.
Harold Bloom, es sin duda el más importante crítico literario de Estados Unidos, en 1994 publicó: The Western Canon. The Books and School of the Ages. (1). Para él, un canon literario es y debería ser una relación particular entre un escritor y un lector, por lo tanto un “Arte de la memoria literario” (pág. 27). La relación entre “lectores y escritores muy individuales” impide que lo estético se reduzca a ideología o, más aún a metafísica.
Harold Bloom, es sin duda el más importante crítico literario de Estados Unidos, en 1994 publicó: The Western Canon. The Books and School of the Ages. (1). Para él, un canon literario es y debería ser una relación particular entre un escritor y un lector, por lo tanto un “Arte de la memoria literario” (pág. 27). La relación entre “lectores y escritores muy individuales” impide que lo estético se reduzca a ideología o, más aún a metafísica.
Harold
Bloom, sostiene que existen épocas en las que un género literario se considera
más canónico que otros, existen también, en ciertas épocas, escritores a quienes
se los exalta como imprescindibles de ser leídos. Para
Bloom esta época (1994) es la peor para la crítica literaria, (lo es también en
la actualidad a pesar de o, tal vez, a causa de las denominadas “redes
sociales”) debido al relativismo existente, en la que nada está sujeto a un
principio que pueda otorgarle valor a la obra literaria, Bloom opone a ese
relativismo una roca sobre la cual edifica su noble canon: Shakespeare.
Shakespeare,
es para Bloom, el escritor que contiene a todos los demás escritores, pasados,
presentes y futuros, es decir, los presupone y los supera; su obra anticipa
todas las materias que dan origen a la literatura en general. Bloom levanta
esta tesis en medio de un relativismo crítico, en el que, lo que él llama la Escuela del Resentimiento, ha puesto en duda
cualquier tipo de canon buscando un cierto “contenido social”. Dice Harold
Bloom:
“Un signo de originalidad capaz de otorgar el estatus
de canónico a una obra literaria es esa extrañeza que nunca acabamos de
asimilar, o que se convierte en algo tan asumido que permanecemos ciegos a sus
características. Dante es el mayor representante de la primera posibilidad, y
Shakespeare un fenomenal ejemplo de la segunda.”
René Zavaleta, la unidad de medida de la sociología contemporánea en Bolivia
En
el preciso momento actual en Bolivia, dos de esos escritores exaltados como
imprescindibles de ser leídos son René Zavaleta Mercado y Fausto Reinaga y el
“género literario” canónico: el
análisis sociológico. Ambos escritores produjeron un enorme conjunto de
textos capaces de ser valorados mediante una segmentación temporal y en los
círculos académicos se los ha elevado al rango de profetas del actual proceso
político que vive Bolivia.
De
los dos, sin duda, Rene Zavaleta Mercado es en la sociología boliviana (Cf. René Zavaleta Mercado. A propósito dela edición del segundo tomo de su: "Obra Completa"), lo que es Shakespeare para Harold Bloom: subsume toda la sociología
boliviana, la presente y la que vendrá; es el que toca los temas centrales que
contendrán las investigaciones futuras. Esta declaración sobre lo canónico de
Zavaleta no busca definir una esencia, sólo da cuenta de una opinión actual,
que como tal seguramente no será inagotable, salvo que se descubra que es
constante y general.
Ahora
bien, siguiendo la lógica del maestro Harold Bloom, podemos afirmar que en
Bolivia se ha levantado una “Escuela del Resentimiento” contra el pensamiento
de Zavaleta, uno de los intelectuales que más ha contribuido a esa escuela es
Hugo Celso Felipe Mansilla, quien publicó recientemente (2015) el libro: Una mirada crítica sobre la obra de
René Zavaleta Mercado (2), intentaremos comprar aquí su mirada sobre
Zavaleta, con las miradas de dos intelectuales que también han estudiado la
obra del sociólogo boliviano: Luis H. Antezana, que produjo una primera
aproximación a su obra de madurez y Luis Tapia, quien trabajó una tesis
doctoral sobre una de las ideas más novedosas de Zavaleta, el “conocimiento
local”. Como las visiones de los tres es muy amplia como para tratarlas
completamente, el método que elegimos es el del contrapunto en lo que contiene
de desafío entre varias voces.
Las lecturas de Zavaleta
Para
Walter Benjamin una obra debe iluminarse a partir de la obra misma (3), es lo
que intenta hacer Luis H. Antezana en su libro dedicado al último período de
René Zavaleta: La diversidad
social en Zavaleta Mercado, al referirse a esa tensión interna, en la
obra de Zavaleta, entre sus “juicios y prejuicios nacionalistas y marxistas”
que forman las cotas: “nación/revolución”. (4)
En
cambio, para H. C. F. Mansilla, la obra de Zavaleta es una a la que hay que
mirar en el espejo (espejismos) de lo contemporáneo, como si esta
contemporaneidad fuera la medida última de toda elaboración pasada, leer una
obra a partir de una mirada externa es convertir esa obra en un objeto,
cerrando toda hermenéutica, vaciándola de sentidos, en Mansilla esto va unido a
la expropiación del deseo que todo acto de palabra encierra, por eso critica, en
múltiples lugares de su libro, lo que él considera un lenguaje enrevesado e innecesariamente
complicado de Zavaleta.
Lo
que para H. C. F. Mansilla es una obscuridad innecesaria, para Luis H. Antezana
es un “intento de pensar «más allá» de los límites y cánones tradicionales”
(Antezana, pág. 15), intento que trae, por supuesto, las tensiones que se
encuentran en su obra y, es que Zavaleta no sólo intenta “aplicar” una lectura
marxista, a la realidad social boliviana, sino al mismo tiempo “construirla,
proponerla” (Antezana, pág. 16)
Mientras
Luis H. Antezana delimita su trabajo de lectura evitando perderse en
discusiones comparativas, H. C. F. Mansilla intenta “cercar”, “confinar” el
pensamiento de Zavaleta en el marco de una lectura comparativa sin ninguna
unidad canónica, sino con referencias puntuales a su profesión escéptica.
Teníamos a un H. C. F. Mansilla más atemperado cuando sostenía:
“La filosofía y la ciencia nacieron también de la
admiración ante la belleza del cosmos y de la sorpresa ante lo inaudito y lo
insólito. La condición fundamental de todo saber es la pasión por cuestionar,
descubrir y develar; la base del arte y la literatura es la irrupción de un
entusiasmo por la verdad que emerge con el propósito vehemente de exhumar y
revelar la esencia encubierta de las cosas” (5)
En
el libro: Sentidos comunes,
ya Luis H. Antezana había encontrado que H. C. F. Mansilla no sale de la
modernidad para criticar la modernidad, toda su visión negativa de ella se
convierte pues en autocrítica, por ejemplo, utiliza a Trotsky para criticar a
Stalin, pero luego deja de lado a Trotsky, no lo incluye en su teoría. “En sus
apropiaciones, ¿se pierde Mansilla en el espejo?” —se pregunta Antezana. (7)
Lo
central en la crítica de H. C. F. Mansilla a Zavaleta está en devolver al
sociólogo boliviano al grupo de intelectuales de izquierda latinoamericana, con
el que Zavaleta compartiría no sólo objetivos teóricos sino el mismo estilo
enrevesado y cuasi literario (ver su
ensayo: Intelectuales y
política en américa Latina) (8), así pues, no habría, en la lectura y la
mirada de H. C. F. Mansilla nada “novedoso” en la obra de Zavaleta sólo una
retórica compartida y contagiada a sus exégetas. La obra de Zavaleta, en
resumen, no habría producido “nuevos conocimientos sobre hechos inéditos o
esfuerzos en pro de una mayor objetividad” (Mansilla, Una mirada… Pág. 234). Zavaleta es productor de
“hermosos fragmentos poéticos”, de “bella prosa” (passim), pero no de
conocimientos novedosos o sustanciales para la sociología boliviana.
En
su pretensión de lectura objetiva, H. C. F. Mansilla halla algunos valores en
Zavaleta, por ejemplo, destaca el intento de componer una teoría original en el
último período de su obra: “Las formaciones
aparentes en Marx” (1978), “El estado en
América Latina” (1993) y “Lo
nacional-popular en Bolivia” (1984), en el que intenta construir un nexo
dialéctico entre la base económica y la superestructura cultural, pero, siempre
hay un obstáculo para que la obra de Zavaleta sea satisfactoria, lo que
consigue son únicamente frases “enrevesadas”, “innumerables paradojas”, “juegos
de palabras” y, “exhibicionismos de erudición”, “bizantinismo”; es decir, el
intento de originalidad de Zavaleta, piedra de toque y máximo valor buscado por
H. C. F. Mansilla, “se diluye a menudo en la creación de aforismos categóricos
—entre sí inconexos— y en la invención de conceptos altisonantes de difícil
comprensión y aplicación a casos concretos”, aquí se encuentra el “otro”
objetivo perseguido en su crítica a Zavaleta: la producción académica actual en
Bolivia, que sólo se ocupa de Zavaleta porque gusta de su carácter “cuasi
esotérico” que coincide con sus intereses postmodernistas, en el que “lo complicado del desarrollo textual no
corresponde a la complejidad de los
asuntos tratados” (Mansilla, Una
mirada… Pág. 247).
También
H. C. F. Mansilla, es crítico con el editor de la obra completa de Zavaleta,
Mauricio Souza; se muestra con él más bien irónico, aludiendo muchas veces a su
“erudición” y, contrariamente al establecimiento de su posición
teórico-metodológica, Mansilla reivindica el del “escepticismo clásico”:
“La relatividad del conocimiento, la imposibilidad de
establecer criterios siempre válidos para discernir lo verdadero de lo falso y
lo positivo de lo negativo, la observación probatoria del medio y la
insistencia de ensayar y dudar configuran esos elementos comunes. […] Además,
el escepticismo considera que la duda es
una meta no un método para conocimientos ulteriores.” (Mansilla, Tradición… Págs. 11-12)
El
editor de la obra completa de Zavaleta sólo apreciaría —según Mansilla—, igual
que los literatos y los intelectuales locales en la actualidad, la ficción de
un Zavaleta concretista y adversario de principios universalistas con la única
intención de “adaptar a Zavaleta a los requerimientos académicos de nuestros
días” (Mansilla, Una mirada…
Pág. 255)
Entre la comparación y la evaluación
H.
C. F. Mansilla, mantiene un semblante conciliador en casi todo su libro, pero,
en notas o momentos de su escritura, afloran esas pesadillas diurnas que
seguramente lo dejan sin sueños y, así puede escribir por ejemplo, que las
concepciones de Juan José Bautista o de Rafael Bautista (9) contienen errores
factuales pero que siguen “siendo
muy populares por que satisfacen necesidades psíquicas profundas”. “Se
trata, en el fondo, —continúa Mansilla— de una protesta religiosa con tintes
apocalípticos y modismos heideggerianos, pero todo esto no garantiza la
plausibilidad de los juicios emitidos. El dolor más grande y más legítimo no
conforma, lamentablemente, una base segura para el conocimiento. Esta protesta
es, como ya mencioné, un rechazo a la tradición occidental y a sus elementos
centrales: el individualismo, el racionalismo y el liberalismo.” (Mansilla, Una mirada… Págs. 275, nota 49; 277-278)
Veamos,
en comparación, cómo evalúa Luis Tapia la actualidad del pensamiento de
Zavaleta. Tapia comienza sosteniendo que una buena evaluación se realiza a
través de la producción de un nuevo conocimiento y no únicamente, como se
esperaría, con la comparación de “teorías y metodologías fuera de la acción de
investigar y explicar algo” (Tapia, La producción… Pág. 417). Una evaluación así definida, no
debería ser teleológica, sino una verificación de acuerdo con el momento
histórico en el que surgieron y si pudieron o no explicar los hechos de ese
momento, así tendríamos una “acumulación cognoscitiva”, una “memoria teórica”.
De
tal modo y, aquí en lo que concierne a la tesis central de H. C. F. Mansilla,
aunque Tapia no se refiere a él en particular (su texto es anterior al de
Mansilla):
“Incluso si la obra de Zavaleta resultara inútil para
pensar los problemas actuales […], quedaría su valor como el pensamiento que
caló más hondo y ampliamente en la explicación del siglo XX y sus raíces
históricas, en Bolivia.” (Tapia, La producción… Pág. 418)
Otro
error, según Tapia, a la hora de evaluar teorías y metodologías, es la de creer
que una teoría es un modelo tal que llegue a explicar nuevos hechos, en un
comportamiento omnisciente.
Tal
como H. C. F. Mansilla anticipa una posible descalificación de su lectura
crítica de la obra de Zavaleta (ver su epílogo), así Luis Tapia anticipaba
también las ideas descalificadoras del pensamiento de Zavaleta. Uno de los
argumentos más recurrentes de H. C. F. Mansilla, es que las ideas de Zavaleta
no son pertinentes para pensar la globalización, la desnacionalización, las
reformas liberales o la reducción de las soberanías nacionales, Zavaleta se
habría reducido a un pensamiento nacional y marxista. En cambio, sostiene
Tapia, que “el conjunto de la obra madura de Zavaleta no es la formulación de
una doctrina nacionalista sino una explicación histórico-social de los procesos
de construcción estatal y de producción ideológica”. Así, Zavaleta fue el
primero en intentar una explicación teórico-metodológico de la “crisis del estado
del 52 o síntesis de la época nacionalista” (Tapia, La producción… Págs. 425-426)
Notas bibliográficas:
(1)
Harold Bloom. El canon
occidental. La escuela y los libros de todas las épocas. Trad. de Damián
Alou. (Barcelona: Anagrama, 1995).
(2)
H. C. F. Mansilla. Una mirada
crítica sobre la obra de René Zavaleta Mercado. (Bolivia: Rincón
Ediciones, 2015)
(3)
Walter Benjamin. Dos ensayos
sobre Goethe. Trad. Graciela calderón y Griselda Marsico. (Barcelona:
Gedisa, 1996)
(4)
Luis H. Antezana. La
diversidad social en Zavaleta Mercado. (La Paz: CEBEM, 1991)
(5)
H. C. F. Mansilla. Tradición
autoritaria y modernización imitativa. (La Paz: Plural/Neftalí Lorenzo
E., 1997)
(6)
Luis Tapia. La producción del
conocimiento local. Historia y política en la obra de René Zavaleta. (La
Paz: Muela del Diablo Editores, 2002)
(7)
Luis H. Antezana. Sentidos
comunes. Ensayos y lecturas. (Cochabamba: CESU/UMSS, 1994)
(8)
H. C. F. Mansilla. Intelectuales
y política en América Latina. En: Revista Cultural. Fundación Cultural
del Banco Central de Bolivia año VII – Nro. 24/ julio-septiembre, 2003.
(9) Juan José
Bautista S. Hacia una
crítica-ética de la racionalidad moderna. (La Paz: Rincón Ediciones,
2013) y Rafael Bautista S. Reflexiones des-coloniales. (La Paz:
Rincón Ediciones, 2013)
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